Un botiquín domiciliario sirve para tratar las pequeñas dolencias o síntomas leves, y/o heridas que se pueden producir como secuela de un accidente doméstico, sirviendo de primera medida de atención urgente. Todos los miembros de la familia deben conocer su localización y saber utilizarlo. Y, siempre debe de estar preparado, porque solo va a ser eficaz si está dispuesto para su utilización.
¿DÓNDE COLOCAR EL BOTIQUÍN DE CASA?
Los botiquines deben guardarse en los lugares más frescos y secos del domicilio, y sin estar expuestos a la luz solar. En general, siempre se guardan en la cocina o en el baño, porque son las zonas del hogar donde más accidentes se producen y dónde más pueden llegar a utilizarse.
Pero, no son los lugares más recomendables porque están predispuestos a sufrir constantes cambios de humedad y temperatura que pueden alterar la conservación y composición de los medicamentos que contenga el botiquín, y alterar su caducidad.
Es importante también que estén fuera del alcance de los niños, ya que es la mejor forma de evitar intoxicaciones medicamentosas en la población pediátrica.
No tenemos por qué comprar un botiquín específico, sino que podemos hacer el nuestro propio con una caja, siempre y cuando esté bien identificado como etiquetas. En las imágenes se pueden ver ejemplos cogidos de internet.
Antes de comenzar a dar las recomendaciones de cómo podemos preparar nuestro botiquín ideal, debemos tener claro que el botiquín NUNCA va a sustituir a un profesional sanitario, ni sus conocimientos ni recomendaciones en cualquier circunstancia, ni tampoco tiene que convertirse en un almacén de medicamentos que ya no se usan, ni se van a usar en un futuro.
¿QUE DEBE CONTENER NUESTRO BOTIQUÍN?
A la hora de fabricarnos nuestro propio botiquín, hay que tener en cuenta el lugar donde vivimos, porque no es igual vivir en una ciudad con mínima distancia a un servicio de urgencias, o vivir en un pueblo donde el médico más cercano está a 20 minutos, y los servicios de un profesional sanitario están muy limitados.
A nivel general vamos a clasificar en tres grandes apartados del botiquín.
Material de curas:
Ante una herida es necesario tener el siguiente material:
- Gasas estériles, y si no hay, algodón.
- Antisépticos.
El recomendado actualmente como desinfectante es la Clorhexidina, porque no es abrasivo ni irritante y se puede usar en todo tipo de heridas, tanto abiertas como cerradas, siempre y cuando no se utilicen en cortes.
Es verdad, que se sigue teniendo alcohol y povidona yodada (Betadine) en casa, pero no están recomendados.
El alcohol se ha estudiado que es muy irritante y puede modificar los factores de coagulación de una herida y retrasar su cicatrización. Por eso al utilizarlo escuece, y no es “porque cure” sino porque quema los bordes de la herida.
El Betadine o la povidona yodada, puede ser bien tolerado en heridas pequeñas, porque no irrita y desinfecta, pero también retrasa el proceso de cicatrización y además puede teñir las cicatrices a largo plazo.
El agua oxigenada tampoco debe utilizarse por el mismo motivo que el alcohol.
- Esparadrapo: para ayudar a tapar con gasas heridas más grandes.
- Vendas: por si tenemos que cubrir superficies extensas, por ejemplo, una quemadura.
- Tiritas y puntos de aproximación: estos últimos son muy útiles en cortes grandes, para aproximar los bordes, siempre y cuando no se observe mucha profundidad hacia dentro de los tejidos.
- Guantes: para realizar las curas de forma estéril.
- Suero salino fisiológico al 0,9%, usado sobre todo para el lavado de las heridas. Aunque la forma más eficaz de lavar una herida es con agua y jabón.
- Tijeras.
Ante cualquier herida es imprescindible lavarla con agua y jabón, y secarla bien con gasas estériles. Si no podemos lavar de forma limpia la herida, se empleará el suero salino fisiológico. Y si no tenemos casas estériles utilizaremos el algodón hidrófilo.
No sería mala opción tener unas pinzas de punta fina para realizar la extracción de cuerpos extraños, por ejemplo, un cristal que se queda clavado en la mano por un vaso que se ha roto, o una astilla que se queda en un dedo… No es un material imprescindible pero sirve de ayuda. Si se fuera a utilizar hay que realizar una desinfección previa. También podría ser útil una aguja y una jeringa desechable. En ella podemos cargar suero fisiológico, y lavar la herida haciendo presión desde fuera, o podemos introducir en la jeringa una crema que tengamos que aplicar.
Medicación:
El termómetro no es un medicamento, pero es un instrumento muy práctico que no debe faltar en ningún hogar, sobre todo en aquellos donde hay niños pequeños. Existen muchos modelos de termómetros a elegir, y debemos comprar el que mayor utilidad pueda darnos en nuestra casa. Se venden en las farmacias.
En relación con los medicamentos, cada familia tiene sus patologías específicas, y la medicación a guardar será en función de esto. Pero es verdad que, a nivel general, toda familia sin problemas de salud debería guardar en el botiquín, en el envase original:
- Antipirético. Para tratar la fiebre, como por ejemplo el paracetamol.
- Para ayudar con la inflamación en contusiones o golpes importantes, como por ejemplo el Ibuprofeno.
- Analgésico. Cualquiera de los dos anteriores sirven, tanto paracetamol como Ibuprofeno. Se tratarían los dolores leves o el malestar causado en un resfriado.
Los medicamentos aquí expuestos pueden obtenerse sin receta médica, pero eso no significa que estén exentos de riesgos. Para cualquier consulta debería hablar con un profesional sanitario. Existen muchos laboratorios que los fabrican, y su forma de administración también varía: comprimidos, solución oral en jarabe, polvo de dilución… Comprar lo que mejor se adapte a cada situación familiar.
Añadido a esto, es conveniente tener:
- Para las gastroenteritis: suero de re hidratación oral.
- Para las picaduras de mosquitos u otros insectos, una pomada específica.
Existen diferentes fuentes de investigación, que también recomiendan tener antihistamínicos, antidiarreicos, y antiácidos para el estómago, pero no existe evidencia científica que apoye esta recomendación, porque son medicamentos que deben ser administrados tras prescripción médica para un problema de salud especifico, y no deben de guardarse para usar como automedicación. Por eso, el botiquín no es un almacén con restos de medicamentos, no es bueno dejar envases “a medias” durante mucho tiempo. Cada 6 meses, deberíamos revisar el contenido, la caducidad y el estado de los productos. Si los medicamentos están caducados o no se van a utilizar tenemos que llevarlos al punto SIGRE.
Chuleta para actuación en primeros auxilios:
Se debe tener una chuleta con las recomendaciones generales en las patologías más frecuentes que pueden ocurrir en el hogar:
- Quemaduras.
- Fiebre.
- Gatroenteritis
- Caídas.
- Heridas, como cortes, rozaduras, hematomas…
- Reacción alérgica.
- Dosis de medicamentos.
También sería recomendable tener una chuleta con teléfonos importantes como son: Centro de salud, 112, y el instituto nacional de toxicología.
Ante todo RECUERDA:
El botiquín NUNCA va a sustituir a un profesional sanitario, ni sus conocimientos ni recomendaciones en cualquier circunstancia. Cualquier situación adversa que sea imposible de controlar se debe acudir a un servicio sanitario urgente.